domingo, 16 de octubre de 2011

UNIDAD 9 Naturaleza y cultura. Relativismo y universalismo.

Nuestro vocablo la palabra naturaleza procede del latín natura, que significaba el hecho de nacer, la constitución de algo, del verbo nascor, nacer, originarse; en griego, physis. En sus dos aceptaciones básicas, naturaleza es el conjunto de las cosas q constituyen el universo o la esencia de una cosa que a modo de principio activo, hace que esta manifieste un determinado conjunto de propiedades características, es decir, la naturaleza se constituía en la forma de ser de una sustancia determinada. Etimológicamente, tanto en griego (phýsis) como en latín (natura), el término se refiere al “nacimiento” o a la “producción” de las cosas. El principio de la Naturaleza se suele asociar, por tanto, a lo congénito, lo innato, aquello con lo que nacemos, y que determina nuestra forma de ser y de comportarnos, es decir, a aquello que denominamos como lo “natural” o mejor dicho, lo connatural a nosotros.

Si el termino naturaleza era complejo de definir debido ala pluralidad de significados que posee el vocablo cultura le va ala zaga también por la misma cuestión por la pluralidad de definiciones que en su corta historia como disciplina científica ha poseído.

Desde aquí intentaremos precisar en la medida de lo posible el significado del término y analizar la razón de la pluralidad de significados que parece poseer. Como punto de partida del análisis empezaremos como es habitual por la etimología del vocablo.

Cultura es el sustantivo abstracto del verbo latino colere que significa labrar un campo ah hacerlo fértil mediante la rotulación de la tierra primero y la siembra posteriormente para una ulterior recolección de frutos es decir lo que se llama cultivarlo en el sentido de cuidar lo sembrado, de ahí los términos cultivo o agricultura.

Se puede decir que el universalismo considera que la diversidad cultural y lingüística es sólo aparente, esto es, que, por debajo de las variaciones superficiales de las formas que adoptan las lenguas y las culturas, existe una unidad profunda que constituye lo que puede denominarse como naturaleza humana. Esa naturaleza está relacionada causalmente con la existencia de universales, tanto lingüísticos como culturales.

Por su parte el relativismo, aún sin tener que negar el concepto de naturaleza humana, o de unidad psíquica del ser humano (que es su correspondiente en el nivel psicológico), considera que la variabilidad cultural y lingüística es irreductible, esto es, no traducible por un sistema de universales culturales o lingüísticos. Cada cultura (y cada lengua) conforma una concepción del mundo y de la vida social que es preciso comprender en sus propios términos y que no se puede comparar literalmente con otras, en particular con las propias de la cultura occidental. Si existe una naturaleza humana, es una cuestión empírica, no un postulado de principio, y no implica necesariamente la existencia de universales innatos, porque la mente humana puede ser lo suficientemente flexible o plástica como para ser capaz de elaborar formas (culturales y lingüísticas) de ver el mundo y la vida social radicalmente diferentes.